Invasión del camarón tigre Penaeus monodon en el Golfo de México

Invasión en el Océano Atlántico

Las especies invasoras representan una de las principales amenazas a la biodiversidad, por transmitir enfermedades y competir con las especies locales por espacio y alimento. El camarón tigre Penaeus monodon, nativo del Indo-Pacífico (Fig. 1), es una especie de importancia pesquera y acuícola en países como Filipinas, India, Indonesia, Malasia, Taiwán, Tailandia y Vietnam.

En el océano Atlántico, los primeros reportes de camarón tigre silvestre ocurrieron en Maranhậo, Brasil, en 1987, y en la costa Atlántica de EE. UU., en 1988. Actualmente, P. monodon se considera una especie invasora en el océano Atlántico, con presencia desde Carolina del Norte, EE. UU., a Sergipe, Brasil, con poblaciones establecidas; es decir, con presencia de juveniles y adultos sexualmente maduros, en el norte del Golfo de México, Cuba, Costa Rica, Colombia, Venezuela y el noreste de Brasil. El camarón tigre también ha invadido África Occidental, desde Senegal hasta Angola, el Golfo de Cádiz, España, y la costa de Alejandría, Egipto, en el mar Mediterráneo.

Figura 1. Área de distribución nativa del camarón tigre Penaeus monodon.

 

No está claro el origen del camarón tigre en el océano Atlántico. Se hipotetiza que: (i) las fases larvarias fueron transportadas por grandes buques en el agua de lastre —agua cargada por bombeo en el puerto de origen, utilizada para estabilizar los buques durante su travesía en mar y descargada en el puerto de destino—; (ii) dispersión larvaria por corrientes oceánicas, como las corrientes ecuatoriales del Norte y Sur del Atlántico, que poseen la capacidad de transportar masas de agua a través de largas distancias; y (iii) escape accidental de instalaciones acuícolas (Fuller et al., 2014, p. 66).

Aunque no hay estudios que establezcan el verdadero origen de la invasión, se ha especulado que la fuente más probable tiene que ver con escapes accidentales ocurridos en la década de 1980, como el acaecido en el Centro de Maricultura Waddell en Bluffton, Carolina del Sur, del cual se estima que de 50,000 a 200,000 postlarvas importadas de Hawái, que se mantenían en estanques, aproximadamente 2,000 escaparon debido a problemas con las compuertas; en los seis meses siguientes, entre 300 y 1,000 juveniles y adultos fueron colectados en Carolina del Sur, Georgia y en el noreste de Florida. También es probable que hayan ocurrido escapes accidentales de instalaciones acuícolas abandonadas, ya que, entre 1970 y 1980, países como Brasil, Colombia, EE. UU., República Dominicana y Venezuela importaron reproductores de camarón tigre de Filipinas y Taiwán para los primeros intentos de cultivar la especie. Sin embargo, debido a los intentos fallidos de cultivarla, las operaciones e instalaciones fueron abandonadas.

Evidencia adicional de la acuicultura como origen de la invasión es la presencia del virus de la necrosis hipodérmica y hematopoyética infecciosa (IHHNV) en el hemisferio occidental y el copépodo invasor Pseudodiaptomus trihamatus en Brasil, ambos introducidos accidentalmente en la década de 1970 junto con reproductores de P. monodon importados de Filipinas.

 

Primeros reportes en el Golfo de México

La presencia del camarón tigre difícilmente pasa desapercibida. Aunque los camarones comerciales nativos del Golfo de México pueden variar en coloración según el lugar donde habitan, en general presentan tonos que van del blanco-rosado al rojizo, como es el caso de los camarones rosado y café (Fig. 2 A y B). El camarón tigre, por su parte, tiende a una coloración verde u oscura con franjas amarillentas transversales a lo largo de la superficie dorsal del abdomen y de la cabeza (Fig. 2C). Esto ha ayudado a colectar esta especie con un alto grado de certeza y a corroborar en laboratorio su identidad taxonómica (May-Kú et al. 2024).

Figura 2. Diferencias en coloración entre camarones nativos del Golfo de México y la especie invasora. A, camarón rosado Penaeus (Farfantepenaeus) duorarum; B, camarón café Penaeus (Farfantepenaeus) aztecus; C, camarón tigre Penaeus monodon.

 

Posterior a 1988, año en que se reportaron los primeros registros silvestres de P. monodon en la costa atlántica de EE. UU., no hubo informes ulteriores de su presencia durante los 18 años siguientes, siendo en 2006 cuando se comenzó a reportar un incremento de avistamientos (Fuller et al. 2014, p. 60). En Brasil, pasaron de 13 a 15 años entre el primer reporte en 1987 y el incremento en las capturas silvestres a partir del 2000-2002 (Silva et al., 2022, p. 155). Muchas especies invasoras presentan una fase de latencia, que es el tiempo transcurrido entre la introducción y la expansión de la invasión, la cual puede durar años. Durante esa fase, la especie invasora generalmente pasa desapercibida, se reproduce, se dispersa y se adapta a su nueva área de ocupación (Crooks et al., 2005, p. 317). Es necesario estudiar la posibilidad de que la invasión del camarón tigre pase por dicha fase.

Después de una ausencia de 18 años en la costa atlántica de EE. UU., los primeros registros en cada estado que bordea el Golfo de México sugieren que la invasión de P. monodon sigue una dirección contraria a las manecillas del reloj, tardando siete a ocho años en expandirse desde Florida, Alabama y Luisiana (primeros reportes en 2006-2007) hasta Yucatán, donde se registró por primera vez en 2014 (Fig. 3).

Actualmente, las poblaciones establecidas en la costa atlántica de EE. UU. y norte del Golfo de México tienen la capacidad de aportar nuevos individuos incrementando el potencial de invasión hacia el sur del Golfo de México (May-Kú et al., 2024). Análisis filogenéticos preliminares muestran que existe baja diversidad genética en camarones tigre colectados desde Carolina del Norte hasta el norte del Golfo de México (Fuller et al., 2014, p. 67), lo que sugiere un efecto fundador – reducción en la variabilidad genética en nuevas poblaciones – probablemente como consecuencia de los pocos individuos que escaparon de las instalaciones acuícolas.

Figura 3. Primeros reportes oficiales de Penaeus monodon en los estados colindantes con la costa atlántica de EE. UU. y el Golfo de México. AL, Alabama; CM, Campeche; CN, Carolina del Norte; CS, Carolina del Sur; FL, Florida; GA, Georgia; LA, Louisiana; MS, Mississippi; TB, Tabasco; TM, Tamaulipas; TX, Texas; VE, Veracruz; YU, Yucatán. *, escape accidental ocurrido en instalaciones acuícolas de CS. Datos obtenidos de Fuller et al. (2014) y Wakida-Kusunoki et al. (2021).

 

 

 

Situación actual

Para acceder a reportes del camarón tigre a lo largo de su área de invasión, se requiere recurrir a diversas fuentes de información. Una de ellas es la Base de Datos de Especies Invasoras del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS-NAS: https://nas.er.usgs.gov) que proporciona información histórica detallada de los avistamientos de camarón tigre, principalmente en EE. UU, aunque también de otros países colindantes con el océano Atlántico. Con base en información obtenida de esta y otras fuentes, el número total de reportes por estados de la costa Atlántica de los EE. UU. y el Golfo de México (1988-2022), muestra una clara tendencia decreciente hacia el sur en el número de avistamientos (Fig. 4). Del total de 1,351 reportes oficiales, el 62% corresponde a la costa Atlántica, mientras que el norte y sur del Golfo de México registran el 33% y el 5%, respectivamente. Así, entre los estados ubicados en los extremos del área de invasión, el número de reportes presenta una marcada disminución hacia el sur, siendo 20 veces mayor en Carolina del Norte que en Yucatán (Fig. 4).

Figura 4. Número total de camarones tigre Penaeus monodon reportados oficialmente de 1988 a 2022 en los estados colindantes con la costa atlántica de EE. UU. y el Golfo de México. Datos obtenidos de Fuller et al. (2014), Wakida-Kusunoki et al. (2021) y la Base de Datos de Especies Invasoras del Servicio Geológico de los Estados Unidos (https://nas.er.usgs.gov). Para las abreviaturas de los estados, ver Fig. 3.

 

Los escasos reportes de camarón tigre en el sur del Golfo de México sugieren una invasión reciente, probablemente originada en poblaciones establecidas en el norte del Golfo de México. Los primeros avistamientos de P. monodon en esta porción del golfo se reportaron en 2012, cuando se capturaron nueve individuos frente a Tamaulipas, Tabasco y Campeche. Una actualización de la información mostró que de 2012 a 2019, el número de registros se incrementó siete veces, apareciendo en capturas silvestres en Veracruz y Yucatán, extendiéndose así la invasión a todos los estados costeros del Golfo de México (Wakida-Kusunoki et al., 2021, p. 84).

Las capturas de individuos silvestres en el sur del Golfo de México siguen siendo escasas e infrecuentes en comparación con las del norte del Golfo de México, donde se capturan cientos desde 2011. Los registros en Yucatán constituyen el límite sur de su presencia en el Golfo de México, en el umbral del Mar Caribe, donde, hasta donde sabemos, no hay reportes de camarón tigre en la porción mexicana (lo que no implica necesariamente que no estén presentes), que sugiera un origen a partir de poblaciones establecidas en esa región, por ejemplo, Venezuela y Colombia. Es necesario emprender estudios genéticos para comprender la conectividad y relaciones filogenéticas entre las poblaciones de P. monodon en toda el área de invasión del océano Atlántico.

 

Perspectivas

Los reportes del camarón tigre en el sur del Golfo de México brindan la oportunidad de estudiar a la especie en su fase temprana de invasión, lo cual es deseable ya que, una vez establecida, su erradicación resulta difícil. En México, las estrategias de gestión implementadas para la prevención y control de la invasión de esta especie están en consonancia con las acciones para enfrentar las especies invasoras implementadas en el marco de la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras. Estas acciones incluyen la inclusión de P. monodon en la lista nacional de especies invasoras, su evaluación a través del Método de Evaluación Rápida de Riesgo de Invasividad (donde obtuvo una categoría de riesgo muy alto), la difusión entre el público de la necesidad de búsqueda de especímenes y la realización de campañas de detección. A pesar de estos esfuerzos, aún hay poca información sobre la biología de la invasión y los impactos ecológicos en toda el área de invasión del océano Atlántico. Esto subraya la necesidad de crear una base de datos de reportes en México o apoyar esfuerzos en curso como la USGS-NAS, así como instrumentar una red regional de investigación que realice estudios interdisciplinarios para establecer medidas de gestión en toda la región afectada, dado que la invasión del camarón tigre puede tener impactos ecológicos y económicos importantes.

 

Referencias

Crooks, J. A. (2005). Lag times and exotic species: The ecology and management of biological invasions in slow-motion. Écoscience, 12(3), 316-329.

Fuller, P. L., Knott, D. M., Kingsley-Smith, P. R., Morris, J. A., Buckel, C. A., Hunter, M. E, y Hartman L. D. (2014). Invasion of Asian tiger shrimp, Penaeus monodon Fabricius, 1798, in the western north Atlantic and Gulf of Mexico. Aquatic Invasions, 9(1), 59-70.

May-Kú, M. A., Rubio-Piña, J, Ek-Huchim, J. P, y Ardisson, P-L. (2024). Genetic identification of Penaeus monodon from incipient invasions in the Yucatan Peninsula, south-southeast Gulf of Mexico. Bulletin of Marine Science, 100(3), 373-382.

Silva, G. D., Silva, G. A, y Maia R. C. (2022). Primeiro registro documentado do camarão-tigre-gigante, Penaeus monodon (Fabricius, 1798), no litoral do Ceará, nordeste do Brasil. Arquivos de Ciências do Mar, Fortaleza, 55(2), 154-159.

Wakida-Kusunoki, A. T., Cruz-Sánchez, J. L, y López-Téllez, N.A. (2021). A review of recent sightings and reports of the giant tiger shrimp Penaeus monodon (Decapoda: Penaeidae) on the Mexican coast of the Gulf of Mexico (2012-2019). Revista de Biología Marina y Oceanografía, 56(1), 83-88.