¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto es un trastorno mental que se consideraba exclusivo de mujeres después de dar a luz. Sin embargo, los hombres también pueden experimentar síntomas de depresión después del nacimiento de su hijo. Este síndrome se conoce como depresión posparto paterna (DPP).
Tanto en hombres como en mujeres, la depresión posparto se caracteriza por sentimientos de tristeza, desesperanza, ansiedad, insomnio o confusión; son persistentes y pueden interferir con la vida cotidiana. En la mujer se describen dos condiciones de salud mental asociadas con el posparto: la tristeza, que se resuelve en las primeras dos semanas y se considera un periodo de transición normal; y la depresión, que suele presentarse alrededor de cuatro semanas después del nacimiento del bebé y requiere de atención psicológica o psiquiátrica. En contraste, en los hombres la sintomatología de la depresión posparto suele aparecer de los tres a los seis meses del nacimiento del bebé. En ambos casos se recomienda un seguimiento de 12 hasta 24 meses.
Se estima que en el mundo entre el 10% y el 25% de los hombres pueden experimentar depresión posparto (Wang et al., 2021). En México, el IMSS reportó que para 2019, la prevalencia del trastorno en hombres fue de 9.8%. Sin embargo, la depresión posparto en hombres suele estar subdiagnosticada debido a factores como la falta de conciencia, estigmas culturales y la tendencia de los hombres a no buscar ayuda profesional.
La tabla 1 compara los síntomas de la depresión posparto que presentan tanto las mujeres como los hombres. En resumen, se puede ver que los síntomas clásicos más visibles en mujeres son el llanto y la tristeza profunda, mientras que los hombres tienden a manifestar la depresión con agresividad, irritabilidad o a través de conductas de escape (trabajo, alcohol, aislamiento), lo que dificulta su diagnóstico.

¿Qué se sabe de la depresión posparto en hombres?
Algunos autores señalan que la incidencia del padecimiento en los hombres puede ser similar o mayor que en las mujeres, y por ello, algunos países desarrollados (Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, España, Canadá, Italia, Portugal, Nueva Zelanda, Irlanda, Dinamarca, Alemania, Suiza y Japón) y en desarrollo (China, Nigeria, Irán y Arabia Saudita), se han esforzado en identificar y diagnosticar esta condición. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, particularmente en países donde los factores culturales complican la identificación del problema. Por ejemplo, países en donde ser el fuerte, el soporte, el proveedor principal, el que resuelve, se considera un signo de masculinidad.
Una revisión sistemática elaborada por Wang y colaboradores (2021) incluyó estudios desde el año 1996 hasta 2019; analizó aquellos elementos que podrían ser los causantes de la depresión posparto en los padres. Algunos de los elementos identificados son: el desempleo, un pobre soporte social de la familia y amigos, experiencias negativas a lo largo de la vida, alta percepción de estrés, historia de salud mental deficiente, número de hijos y tensión financiera. Con respecto a la pareja (madres), se encontró como elemento de riesgo a la depresión materna; y respecto a la familia, una relación de pareja no satisfactoria.
Uno de los agentes que parece pesar más en la salud mental del padre, es la salud mental de la madre, ya que esto puede influir para que el padre no exprese cómo se siente y más aún, tener la responsabilidad de cuidar a la madre y al recién nacido, puede repercutir en la agudización del estado de salud mental del padre. Algunos autores señalan que el riesgo de que ambos desarrollen la depresión posparto es entre 25 y 50%.
Respecto a la edad, hay estudios que reportan que hombres muy jóvenes y adultos mayores son los que presentan mayor riesgo de desarrollar depresión posparto. ¿Podría esto asociarse con los niveles hormonales de andrógenos? Es una pregunta cuya respuesta requiere ser analizada con estudios específicos. Al igual que en la mujer, en el hombre también se presentan fluctuaciones hormonales. En ambos sexos las variaciones aparecen en la pubertad; sin embargo, mientras que en las mujeres se reconocen ciclos menstruales de 28 a 32 días, en el hombre las fluctuaciones de hormonas esteroides como testosterona, cortisol y estradiol ocurren en 24 horas. El envejecimiento endocrino es otra variable que se observa en ambos sexos, donde la menopausia y la andropausia representan el declive de las hormonas sexuales (estrógenos y andrógenos, respectivamente).
Los cambios hormonales se asocian con la depresión posparto en las mujeres, en particular al descenso abrupto de progesterona y estradiol. En el caso de los hombres, el factor hormonal como generador de la depresión posparto no está determinado, ya que la testosterona, un andrógeno, cumple funciones relevantes en la formación de vínculos entre la familia y la pareja. Por ejemplo, la disminución de la testosterona durante el posparto se ha asociado con un buen cuidado del padre al hijo y a la pareja, siempre y cuando exista una buena relación familiar, ya que el descenso de testosterona se acompaña del incremento de oxitocina. Por el contrario, el descenso de testosterona en un ambiente hostil, junto con el descenso de oxitocina, se vincula con el desarrollo de depresión. Otra hormona relacionada es el cortisol, el cual se incrementa de manera significativa en los hombres durante el periodo posparto. Se produce entonces el incremento de la hormona que podría asociarse con estrés parental.
¿Cuáles son las diferencias entre depresión posparto materna y paterna?
Los hombres y las mujeres experimentan depresión posparto de manera diferente. Mientras las mujeres manifiestan la depresión con sentimientos de culpa, de no sentirse buena madre, de estar sola al cuidar al bebé y a la familia, el hombre manifiesta enojo, incapacidad para cuidar al bebé, soledad y lo dirige como un malestar relacionado con la actividad laboral (Figura 1). Algunos estudios cualitativos describen como parte del cuadro de depresión posparto en hombres, sentimientos de ansiedad y depresión reflejados como ser invisible, no necesario, inadecuado, confundido, atrapado, sin esperanza, resentido, excluido, olvidado y abrumado. Esto puede experimentarlo durante la gestación, el nacimiento y el periodo posparto inmediato, experiencia que contribuye a distanciarse más de su pareja y el bebé. Ambos experimentan sentimientos de soledad y abandono, lo cual repercute en la comunicación en pareja (Johansson et al., 2020).

Con respecto a los síntomas físicos, a diferencia de las mujeres, los hombres con depresión posparto manifiestan más cambios en el apetito y sueño, fatiga, dolores de cabeza, tensión muscular, incremento de la frecuencia cardiaca, además de irritabilidad, enojo, agresión y frustración, lo que favorece el aislamiento de la familia o esos sentimientos se dirijan hacia el bebé, lo que complica el vínculo paterno (Fisher & Singley 2024).
Las consecuencias de no atender la depresión posparto tanto en hombres como en mujeres son relevantes para toda la familia. En el caso del hombre se considera que pueden incrementarse las conductas hostiles en el hogar, particularmente hacia la pareja; pueden desarrollarse resentimientos hacia el recién nacido al sentirse desplazado, lo cual puede generar una crianza hostil y estricta basada en castigos físicos o psicológicos, lo que contribuye al desarrollo de niños con problemas de conducta y emocionales (Figura 2). Además, la depresión contribuye a retrasar el apego positivo con el bebé (menor sensibilidad, cariño, juego o contacto); reduce las interacciones positivas con los infantes como cantos, lecturas, juegos etcétera, lo que repercute en el desarrollo social y emocional del pequeño, además de no apegarse a las guías de seguridad necesarias para acostar o sentar al bebé en la silla para auto, por ejemplo (Fisher & Singley 2024).

¿Cuáles son las terapias para la depresión posparto materna y paterna?
La terapia en hombres y mujeres comparte muchas estrategias en común, pero existen diferencias importantes en el acceso y la respuesta a ellas. La Tabla 2 resume y compara las terapias para mujeres y hombres.

Para mejorar la atención a la depresión posparto en ambos sexos, se necesitan enfoques más personalizados, incluyendo:
- Mayor visibilidad masculina en programas de salud mental.
- Más acceso a redes de apoyo para padres y programas de terapia especializados.
- Flexibilidad en los tratamientos para ajustarse a las necesidades específicas de cada género.
El reconocimiento de estas diferencias permitirá desarrollar estrategias más efectivas para abordar la depresión posparto y mejorar el bienestar de toda la familia.
Conclusiones
- La depresión posparto en hombres suele pasar desapercibida, ya que las herramientas diagnósticas están diseñadas principalmente para mujeres. Además, los hombres enfrentan barreras sociales y culturales que los alejan del tratamiento.
- En ambos padres la depresión afecta negativamente al desarrollo infantil y la estabilidad familiar.
- Aunque existen tratamientos eficaces para ambos sexos, los hombres enfrentan mayores dificultades para acceder a ellos, debido a barreras culturales y falta de programas especializados.
- La paternidad es un proceso de cambio profundo, y es normal que los hombres experimenten desafíos emocionales. Lo importante es que tengan las herramientas y el apoyo necesario para afrontarlos sin sentirse aislados o avergonzados.
El diagnóstico oportuno de la depresión durante el periodo posparto es crucial. Al momento, el instrumento validado para mujeres y hombres es la Escala de Edimburgo; sin embargo, se debe tomar en cuenta que la manifestación de los síntomas varía entre hombres y mujeres.
Existen redes de apoyo para hombres y mujeres, por lo que, de ser necesario, es recomendable acercarse a estos grupos. Los tratamientos para la depresión durante el periodo posparto dependen de las necesidades de cada individuo, por lo que se recomienda asistir a un especialista.
Lecturas recomendadas:
- Wang D, Li YL, Qiu D, Xiao SY. Factors Influencing Paternal Postpartum Depression: A Systematic Review and Meta-Analysis.Journal of Affective Disorders. 2021 Oct 1;293:51-63. doi: 10.1016/j.jad.2021.05.088. Epub 2021 Jun 5. PMID: 34171611.
- Johansson M, Benderix Y, Svensson I. Mothers’ and fathers’ lived experiences of postpartum depression and parental stress after childbirth: a qualitative study.International Journal of Qualitative Studies on Health and Well-being. 2020 Dec;15(1):1722564. doi: 10.1080/17482631.2020.1722564. PMID: 31990637; PMCID: PMC7034451.
- Fisher SD & Singley DB. Paternal Mental Health. Maternal Mental Health Leadership Alliance. June 2024. https://www.mmhla.org/articles/supporting-new-fathers-an-overview-of-paternal-mental-health-statistics-insights-and-resources
- Álvarez-García P, García-Fernández R, Martín-Vázquez C, Calvo-Ayuso N, Quiroga-Sánchez E. Postpartum Depression in Fathers: A Systematic Review.Journal of Clinical Medicine. 2024 May 16;13(10):2949. doi: 10.3390/jcm13102949. PMID: 38792491; PMCID: PMC11122550.
- Skjerdingstad N, Speyer LG, Isvoranu AM, Moe V, Fredriksen E. Dynamics of postnatal depressive symptoms in early parenthood. BMC Psychiatry. 2024 Jul 23;24(1):523. doi: 10.1186/s12888-024-05934-6. PMID: 39044164; PMCID: PMC11264399.
Crédito de imágenes: Ilustradora Mónica Valencia Méndez
*Foto de portada creada con Chat GPT

