Las infecciones causadas por bacterias que son resistentes a múltiples antibióticos se han convertido en un problema de salud pública mundial, pues son el evento adverso más frecuente durante la prestación de atención hospitalaria, debido al aumento en el número de casos y muertes asociadas. En este contexto, la bacteria Acinetobacter baumannii ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los 5 patógenos de mayor amenaza dentro de los hospitales, ésto en vista de la dificultad que se puede presentar para su manejo y erradicación.
Acinetobacter baumannii se considera un patógeno oportunista ya que puede colonizar la piel y secreciones respiratorias de personas sanas sin causar problemas. También en el medio ambiente se encuentra distribuido tanto en el suelo como en el agua, pero su hábitat natural aún continúa en estudio. Sin embargo, en ciertas circunstancias puede provocar variedad de infecciones, las cuales se dividen en dos grandes grupos: adquiridas en la comunidad y dentro de los hospitales.
Las infecciones adquiridas en la comunidad ocurren en personas sanas que tengan contacto con la bacteria en el medio ambiente a través de la piel o en alguna herida expuesta, donde regularmente son de fácil manejo. Por otro lado, las infecciones adquiridas dentro de los hospitales son de mayor gravedad, ya que ocurren en personas con un sistema inmune debilitado o con otras enfermedades subyacentes que comprometen su salud; además, son ocasionadas por un grupo de bacterias que han sobrevivido al ambiente hospitalario y que son de difícil manejo. De esta forma, pueden afectar una gran variedad de sistemas, como el circulatorio, respiratorio, urinario y nervioso, entre otros, llegando así a comprometer la vida.
Uno de los factores de mayor preocupación dentro de los hospitales, y que contribuye a la diseminación de estas bacterias, es la capacidad que tienen para sobrevivir en gran variedad de entornos, pues pueden sobrevivir en superficies inertes como camas, perillas, barandales, mesas, entre otras, y en el material de uso médico como respiradores mecánicos y catéteres. Así, se pueden diseminar dentro de los hospitales, por medio del contacto con los objetos contaminados. Aunado a ello, una mala higiene de manos y la falta de desinfección adecuada dentro de los centros de salud, promueven la aparición de infecciones en diferentes personas, ocasionadas por la misma bacteria, denominados brotes, que representan un riesgo significativo en aquellas áreas donde se encuentran pacientes en estado crítico.
Con respecto al grupo de bacterias especializadas que sobreviven al ambiente hospitalario, la característica que las distingue es la resistencia; éste es un término que se utiliza para describir la capacidad de las bacterias para evadir la acción de los antibióticos. Los medicamentos están dirigidos hacia ciertas estructuras diana o bien alguna de las funciones bacterianas. Los mecanismos principales mediante los cuales las bacterias adquieren resistencia a los antibióticos incluyen: a) modificación de la estructura diana, reduciendo así la afinidad del antibiótico por su sitio de acción; b) inactivación del antibiótico, a través de la producción de enzimas que modifican o destruyen los antibióticos antes de que puedan ejercer su efecto sobre la bacteria; c) expulsión del antibiótico antes de que pueda alcanzar niveles suficientes para ser efectivo; d) reducción de la permeabilidad de la membrana celular que impiden que el antibiótico penetre eficazmente a la célula bacteriana; e) mutaciones genéticas, que pueden llevar a la pérdida de la actividad de los antibióticos o al desarrollo de nuevas características de resistencia; f) adquisición de genes de resistencia por transferencia horizontal entre bacterias, a través de elementos genéticos móviles, que permiten incluso adquirir rápidamente resistencia a múltiples antibióticos de manera simultánea.
Cuando un microorganismo adquiere o desarrolla mecanismos de resistencia para tres o más tipos de antibióticos, esa bacteria recibe el nombre de multirresistente y en el caso de Acinetobacter, se han descrito algunas cepas en hospitales que son resistentes a prácticamente todos los antibióticos disponibles en la actualidad. Este gran repertorio de mecanismos de adaptación es una de las razones por las cuales Acinetobacter baumannnii puede ser tan difícil de tratar dentro de los entornos clínicos, volviéndolas un gran desafío de salud pública a nivel mundial.
Por ende, la aparición de resistencia en Acinetobacter baumannii se atribuye en gran parte al uso indiscriminado de antibióticos. El abuso generalizado dentro de la agricultura, de los hospitales, en el tratamiento de infecciones causadas por virus y no por bacterias, cuando no son consumidos como están prescritos o no se toma el tratamiento completo, ha favorecido la supervivencia de las bacterias resistentes sobre aquellas que no lo son. Otro aspecto importante provocado por el uso innecesario de antibióticos son los cambios que sufre la microbiota, que es la comunidad de microorganismos que vive en superficies de nuestro cuerpo que están en contacto con el medio ambiente, y que conviven en armonía con nuestro cuerpo realizando acciones imprescindibles para una interacción equilibrada y benéfica entre organismos. La microbiota puede ser susceptible al uso irracional de los antibióticos y verse disminuida o eliminada, lo que a su vez contribuye a la colonización por parte de bacterias multirresistentes, lo que puede provocar infecciones secundarias y otras complicaciones de salud (Fig. 1).
Dicho lo anterior, el aumento creciente en la resistencia en Acinetobacter baumanni ha llevado al planeamiento de programas para combatirla. Estos contemplan un conjunto de procedimientos de una alta eficacia en su contención, como la implementación de medidas de control y prevención dentro de los hospitales, las cuales incluyen entre otros: el lavado correcto de manos, así como la limpieza y desinfección de todas las superficies dentro de las instalaciones, y el uso apropiado de equipo de protección personal por parte de todos los trabajadores de la salud.
Otro procedimiento que se ha puesto en marcha es la elección del tratamiento a seguir para combatir a Acinetobacter baumannii. Esta selección suele ser complicada debido a la resistencia que presenta esta bacteria a una gran variedad de antibióticos. La preferencia del tratamiento debe basarse en varios factores, tales como el sitio de la infección, la gravedad y el estado inmunológico de la persona.
Algunas de las estrategias a seguir cuando las opciones de tratamiento son limitadas, es la combinación de dos o más antibióticos. Este enfoque presenta varias ventajas, incluyendo el efecto de sinergia, en el cual la combinación de antibióticos es superior al de cada uno por separado. Al emplear estas combinaciones se reduce la posibilidad de que se hagan resistentes a un solo tipo de tratamiento. Otra estrategia que se sigue es la reincorporación de ciertos antibióticos que se encontraban en desuso debido a la toxicidad que pueden presentar hacia la persona que lo consume, pero al tener una gran efectividad, han resurgido como una última opción para el tratamiento de este tipo de infecciones.
En consecuencia, los desafíos que se presentan para tratar a Acinetobacter baumannii y las limitaciones en cuanto a opciones terapéuticas disponibles, han aumentado significativamente la necesidad de desarrollar nuevos antibióticos para tratar estas infecciones resistentes. Sin embargo, este desarrollo ha sido lento, por lo que solamente se tiene una cantidad limitada de nuevas opciones disponibles.
En años recientes, la vigilancia epidemiológica, que es una función esencial de la salud pública, ha permitido recolectar datos sobre las infecciones provocadas por Acinetobacter baumannii multirresistente para su análisis, interpretación y difusión de información útil para su control y manejo. A pesar de su importancia y la emergencia de Acinetobacter baumannii como un patógeno asociado con la atención médica en México, se ha tenido un gran inconveniente para el estudio de estas infecciones, debido a la falta de sistemas de vigilancia epidemiológica integrales, ya que la información que existe sobre la incidencia y prevalencia de esta bacteria se encuentra limitada. Teniendo en cuenta la poca información disponible, diversos estudios han permitido tener una mejor perspectiva sobre el papel de Acinetobacter baumannii como agente infeccioso identificando un aumento de la presencia de esta bacteria y su resistencia dentro de las instalaciones hospitalarias del país.
En resumen, las infecciones causadas por Acinetobacter baumannii multirresistente se han convertido en una emergencia de salud pública en el mundo, que se ve reflejado en una alta frecuencia de infecciones de difícil manejo, con el riesgo potencial de salir de control en cualquier momento. Por tanto, se debe de poner énfasis en llevar a cabo de manera efectiva las medidas que permitan a todo el personal de salud mitigar y prevenir su diseminación. Asimismo, se debe de promover el uso apropiado de los antibióticos en toda la población, para disminuir la aparición de bacterias resistentes. Por último, se deben de mejorar los sistemas locales de vigilancia para mejorar la perspectiva sobre este problema y así contribuir a su control y a mejorar la salud de la población.
Referencias
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