Migración climática en México. El éxodo de las poblaciones rurales
Si bien la migración es un fenómeno social presente en la historia de la humanidad, en años recientes el cambio climático lo ha acentuado. Se entiende por cambio climático la variación a largo plazo de temperaturas y patrones climáticos debido a causas naturales, por ejemplo, en el ciclo solar, o en actividades humanas como quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas (ONU, 1992).
En 2010 los efectos del cambio climático en la migración fueron reconocidos en el contexto mundial durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-16), celebrada en Cancún, donde se subrayó que las variaciones en el clima han acentuado la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, ciclones, sequías (Ochoa et. al, 2015), provocando que las personas cambien de domicilio debido al deterioro y la destrucción de sus viviendas. El incremento de la temperatura y las sequías afectan la producción agrícola, reducen los medios de subsistencia de la población y el acceso a agua limpia; el aumento del nivel del mar hace inhabitables las zonas costeras (Martin, 2009). Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la temperatura media mundial ha aumentado 1.2 °C desde la era preindustrial (1880), siendo la década entre 2011 y 2020 la más cálida registrada. Por otro lado, un informe del órgano especializado de la ONU contra la desertificación, publicado en mayo de 2022, destaca que el número y la duración de las sequías han aumentado 29% desde principios del siglo XXI, afectando actualmente a 2300 millones de personas que padecen escasez de agua. Respecto al incremento del nivel del mar, la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (NOAA), asegura que ha aumentado alrededor de 23 centímetros desde la era preindustrial, siendo los últimos 25 años, el periodo en que se ha registrado el crecimiento más grande.
Estos fenómenos meteorológicos agravados por el cambio climático, han obligado a muchas personas a buscar mejores condiciones de vida lejos de sus hogares, convirtiéndose en migrantes climáticos. Cuando se habla de migración climática nos referimos al traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos ocasionados por los efectos del cambio climático, se ven obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional (OIM, 2019).
Panorama actual mexicano
En la actualidad, se ha considerado al cambio climático como un impulsor de los movimientos migratorios internos en México. Un estudio realizado en 2018 por el Banco Mundial, Groundswell: Preparing for internal climate migration, señala que en 2050, el 11% de la población mexicana podría haberse desplazado internamente por motivos climáticos, lo que significa 3.1 millones de personas (Gouritin, 2017).
En 2014, México se ubicó en la posición 48 del Índice de Riesgo Climático Global que cubre los años 1993–2012. Por su ubicación geográfica entre cinco placas tectónicas, más de las dos terceras partes de la población del país está expuesta a la actividad volcánica y sísmica, además de que las costas del Pacífico y del Atlántico sufren huracanes y tormentas tropicales (Ochoa, 2015), donde su frecuencia e intensidad provocan deslaves e inundaciones, entre otras afectaciones. Las variables de temperatura media y precipitación indican que en los últimos 20 años hubo aumento en la temperatura media de entre 1.5 y 4.0°C, y una disminución anual en la precipitación del 11%, lo que ha propiciado la intensidad y prolongación de los periodos caniculares (olas de calor) y sequías agrícolas. Los estados situados al noreste del país han sido los más afectados por la falta de lluvia y el incremento de la temperatura. En 2020 Sonora estuvo siete meses seguidos con los mayores valores de sequía extrema, con una precipitación acumulada únicamente de 20 milímetros, en comparación con el promedio nacional que es de 742 (CONAGUA, 2020).
Con base en la Red Mexicana de Modelación del Clima (RMMC), la climatología del país, con múltiples escenarios de cambio climático, puede provocar los siguientes eventos: sequías, inundaciones, deslaves, reducción de rendimientos agropecuarios, transmisión de enfermedades y canículas. Datos de la RMMC en 2013, revelan que los eventos que provocaron mayor aumento en la vulnerabilidad de la población de los 2,456 municipios que conformaban al país en ese periodo, fueron inundaciones, sequías agrícolas y canículas (Tabla 1).
Alrededor de 43 millones de personas en el país corren el riesgo de migrar de sus municipios a causa de las olas de calor, que cada vez son más duraderas (manteniendo temperaturas constantes a lo largo de semanas) y suceden con mayor intensidad (alcanzando temperaturas de hasta 80°C); mientras que 54 millones podrían desplazarse por sequías agrícolas y 61 millones por episodios de inundación. E 2021, el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), registró 18 eventos de inundaciones que provocaron la migración de alrededor de 500 personas. En el gráfico 1 se puede observar el número de desplazados a lo largo de todo el año para cada uno de los sucesos registrados. Si dentro de cuatro años las cifras se mantienen constantes o tienden a incrementar, en 2025 habrá alrededor de 6,000 desplazados internos como consecuencia de las inundaciones (Figura 1).
Los municipios más afectados por las variaciones del clima se ubican en las zonas centro y norte del país, y en la región costera de Tabasco (Conde et. al, 1999). Las entidades del norte y las regiones altamente pobladas, particularmente las del centro son más vulnerables a las sequías y la desertificación, debido a sus climas áridos y semiáridos. Entre los estados con mayor vulnerabilidad se encuentran Chihuahua, Tamaulipas, Sonora, Jalisco, estado de México y Tabasco. Las altas temperaturas y bajas precipitaciones, aunadas a la creciente densidad poblacional de las tres primeras entidades, podría provocar escasez de agua y estrés hídrico entre sus habitantes. Por su parte, los dos estados ubicados en la zona centro del país, al estar sobrepoblados, además de presentar fuertes incrementos en el consumo total de agua, tienen el riesgo de que aumente la incidencia de enfermedades infecciosas (Albo et. al, 2011).
En cuanto a Tabasco, al tener una zona costera y encontrarse sobre la desembocadura de los dos ríos más caudalosos del país, Grijalva y Usumacinta, es más vulnerable a los cambios del nivel del mar (Albo, 2011). Durante las inundaciones de octubre y noviembre de 2007 se desplazaron alrededor de 4,531 personas, debido a los daños sufridos en sus hogares y trabajos, siendo el sector agropecuario uno de los más afectados, lo que representó el 23.3% de las pérdidas económicas del estado) (Álvarez et. al, 2016).
Grupos poblacionales más afectados
Los efectos del cambio climático incrementan las desigualdades y la discriminación hacia ciertos grupos de la sociedad que, previamente eran vulnerables debido a otros factores socioeconómicos. Por ejemplo, la crisis ambiental propicia que el grado de marginación de la población pobre, aumente aún más.
Considerando que la pobreza en México históricamente ha sido identificada por su densidad más elevada en el campo (55.3%), respecto a la ciudad (37.6%) (CONEVAL, 2020), las zonas rurales son afectadas particularmente por las variaciones en el clima tienden a ser más vulnerables. Las poblaciones rurales tienden a ser más vulnerables ante los fenómenos meteorológicos extremos debido a que dependen del medio ambiente para su sustento y por su limitada capacidad económica para defenderse del cambio climático (Ochoa et. al, 2019). Sin embargo, como la posibilidad de instrumentar amortiguadores tecnológicos para hacer frente a los eventos climáticos y proteger sus cultivos es escasa, debido a la falta de recursos económicos, las poblaciones rurales se ven obligadas a migrar, principalmente hacia las ciudades, donde los ingresos no dependen únicamente de la agricultura.
Referencias
- Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (2022). Reporte Técnico del Aumento del Nivel del Mar 2022. Maryland, Estados Unidos, NOAA.
- Albo, A., Ordaz, J. (2011). Migración y Cambio Climático. El caso mexicano. Servicio de Estudios Económicos del Grupo BBVA, Documento de Trabajo No. 11/27.
- Álvarez, G., Tuñón, E. (2016). Vulnerabilidad social de la población desplazada ambiental por las inundaciones de 2007 en Tabasco (México). Revista Colombiana de Geografía, Vol. 25, (No. 1), 123-138 pp.
- Conde, C. y Gay C. (1999). Impact of climate change and climate variability in Mexico. Acclimations, Newsletter of the US National Assessment ofthe Potential Consequences of Climate Variability and Change.
- Consejo Nacional del Agua (2020). Reporte anual 2020. Ciudad de México, México, CONAGUA.
- Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (2020). Pobreza Rural en México. Ciudad de México, México. CONEVAL.
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- Ochoa, L.E., Ayvar, F.J. (2015). Migración y cambio climático en México. Revista CIMEXUS, Vol. X (No. 1), 35-51 pp.
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- Organización Meteorológica Mundial (2021). El 2020 es uno de los tres años más cálidos registrados. No. 14022021. Recuperado el 17 de septiembre, 2022 de: https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/el-2020-es-uno-de-los-tres-años-más-cálidos-registrados
- Organización de las Naciones Unidas (2022). El número y la duración de las sequías han aumentado un 29% desde el año 2000. Noticias ONU, Mirada Global Historias Humanas. Recuperado el 17 de septiembre, 2022 de: https://news.un.org/es/story/2022/05/1508622
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